Diario de Burgos-26/02/2010
Con los carnavales aún en la memoria y los disfraces sin guardar, llega a nuestros pueblos otra de las tradiciones más populares, como es el canto de las marzas. Su origen está probablemente en las fiestas ancestrales de celebración del año romano, si tenemos en cuenta la traducción de su nombre del latín ‘kalendae martiae’ y la coincidencia entre su nombre y ese primer mes del año romano. En algunas localidades, el canto de las marzas, la última noche del mes de febrero, no llegó a desaparecer, en otros sí, pero se ha ido recuperando posteriormente, como en el caso de Arcos de la Llana y Villagonzalo Pedernales
.
En Mecerreyes, la tradición se ha mantenido ininterrumpida a lo largo de las décadas. Esa última noche, guiletos y visitantes salen a la calles, a veces luchando contra el mal tiempo para cantar al calor de las támbaras, en dos grupos separados, las coplas de las marzas, al son de una música que va variando al ritmo de dos melodías.
En Arcos y, gracias a su ‘rescate’ por el colectivo Imaginarcos, el domingo, por cuarto año consecutivo, los vecinos volverán a salir a la calle, a partir de las 12 de la noche a entonar las marzas. Se reunirán en la plaza del pueblo, al calor de una hoguera para dar la bienvenida a marzo, cantar a sus mujeres y pasar un agradable rato con todos aquellos que quieran acercarse a la villa. Al finalizar el acto, se tomará un chocolate. En este pueblo, hace 25 años desde la última vez que los vecinos de Arcos recuerdan haberlas cantando, perdiéndose una rica tradición que cantaban principalmente los pastores, acompañados de algunos vecinos.
En Villagonzalo Pedernales, también se saludará al mes de la primavera en la plaza mayor. Está organizada por la Asociación de Danzas El Tresparral. El canto de las marzas se amenizará con el fuego de una buena hoguera y una sabrosas sopas de ajo.