Burgos es la segunda provincia de Castilla y León -solo detrás de Salamanca- cuyos municipios están más endeudados. En concreto, 90 ayuntamientos burgaleses deben dinero a las entidades de crédito, según el informe Deuda Viva de las Entidades Locales que elabora el Ministerio de Economía.
En total, los pueblos de la provincia deben a los bancos y cajas 154,3 millones de euros, según los datos de 31 de diciembre de 2008, 413 euros por habitante. En Salamanca, la deuda por habitante es de 432 euros. Y en todas las demás provincias baja de 400. En Ávila, 363 euros; en León, 370; en Palencia, 328; en Segovia, 306; en Soria, 261; en Valladolid, 345, y en Zamora, 211. La media de Castilla y León se sitúa en 356 euros por habitante.
De los grandes municipios de la provincia, la capital es sin duda el más endeudado, tanto en dinero total como en relación al número de habitantes. Su ayuntamiento debe a las entidades de crédito 112 millones de euros, 631 por vecino. Aranda de Duero adeuda 7,7 millones de euros en total, 238 por ciudadano. Briviesca debe 2,6 millones, 344 por cada vecino. Medina de Pomar debe 1,2 millones de euros, 196 por habitante. El consistorio de Miranda adeuda 17,1 millones, 433 por ciudadano. Y Villarcayo debe, 1,4 millones, 306 por habitante.
En total, en Burgos hay 9 municipios con deudas bancarias superiores al millón de euros. A la capital y a los seis ya mencionados hay que sumar Espinosa de los Monteros (1,09 millones); Quintanar de la Sierra (1,19 millones, y Roa (1,3 millones).
En la provincia hay 281 municipios que no deben un euro a bancos y cajas. Entre los 90 que sí acumulan deudas hay 34 (contando los ya citados) que deben más de 100.000 euros.
En cuanto al nivel de endeudamiento en relación al número de habitantes, hay cinco municipios que se llevan la palma. Todos ellos superan los 1.000 euros de deuda por habitante. Dos de ellos, ampliamente. Uno es el caso de Tejada (comarca del Arlanza, a 55 kilómetros de la capital) que tiene una deuda de 80.000 euros, 2.105 por cada uno de sus 38 vecinos. Pero el que más es Nebreda (en la misma zona), donde lo que el Ayuntamiento debe a bancos y cajas asciende a 193.000 euros. Sus 85 habitantes tocan a 2.270 euros cada uno. En la misma zona está Cebrecos, que acumula una deuda de 77.000 euros (1.305 por vecino).
Otra de las localidades que pertenece al selecto club de las más endeudadas es Espinosa de Cervera, también en la comarca del Arlanza. Su Consistorio debe en total 142.000, 1.314 por habitante. Y por último, Jurisdicción de San Zadornil (en Merindades), que debe 156.000 euros, 1.529 por ciudadano.
Después hay otros municipios que se acercan a los 1.000 euros de deuda por vecinos. Poza de la Sal roza el larguero. Su Ayuntamiento debe 350.000 euros, 997 por habitante. En Palazuelos de la Sierra deben 840 por vecino (en total 58.000 euros). Y en la Junta de Villalba de Losa deben 96.000 euros (813 por vecino).
La mayoría de los municipios que no tienen ningún tipo de deuda son muy pequeños, pero hay excepciones. Belorado, por ejemplo, con 2.190 vecinos, no debe nada a bancos y cajas. Tampoco Canicosa de la Sierra (597 vecinos), Cardeñajimeno (851), Hontoria del Pinar (821), Huerta de Rey (1.136), Melgar de Fernamental (1.898) -que solo debe 1.000 euros-, Valle de Tobalina (1.044), Villadiego (1.820), Merindad de Río Ubierna (1.391) o Alfoz de Quintanadueñas (1.733 habitantes).
Si se suma la deuda total de la Diputación a las entidades financieras -56 millones de euros en 2008- cabe concluir que la deuda total de las corporaciones locales el año pasado ascendió a 210 millones de euros en total. La Diputación de Burgos no es la que más debe de Castilla y León. Le superan Salamanca (61 millones) y León (83).
El límite legal de endeudamiento de un Ayuntamiento está en el 110% de sus ingresos. Para asumir una deuda superior es necesario solicitar un permiso especial al Ministerio de Economía y Hacienda. «Endeudarse no es ni bueno ni malo, todo depende del destino que se dé a los créditos que se solicitan», coinciden Juan Carlos de la Fuente, alcalde de Villagonzalo Pedernales, y Jorge del Barco, su homólogo en Belorado.
El primero dirige un Consistorio que tiene una deuda de 483.000 euros (338 por habitante). Tal como ha crecido el pueblo en los últimos años «hubiera sido imposible acometer con recursos propios la construcción de dotaciones y la puesta en marcha de nuevos servicios», indica. Además, defiende, «en los últimos años los intereses siempre han sido menores a la carestía de la vida».
En todo caso, es partidario de pedir préstamos «solo cuando se necesita». Por ejemplo, su Ayuntamiento va a solicitar ahora uno para «proporcionar liquidez a la tesorería». De no hacerlo, «sería imposible hacer frente a los pagos que tenemos pendientes», afirma.
En el caso de Belorado, su Ayuntamiento no tiene deudas, «está totalmente saneado», dice su regidor municipal. El año pasado dejaron de deber a los bancos. Está política de restricción del endeudamiento responde a una estrategia, la de no cargar a sus vecinos con el pago de los intereses. En cualquier caso, en los próximos años, con la puesta en marcha del ARI de la localidad, prevé «la necesidad de pedir nuevos créditos».
Asimismo, «para reducir el nivel de deuda de los municipios», Del Barco considera prioritaria llevar a cabo la segunda descentralización, para otorgar más vías de financiación y más competencias a las entidades locales.
Desde el departamento de Derecho Financiero de la Universidad indican que «un endeudamiento excesivo nunca es bueno, porque se traslada a las futuras generaciones el pago de lo que hoy se gasta». Y afirman que los ayuntamientos deben funcionar como las familias, «haciendo un cálculo muy pormenorizado de las posibilidades de devolución». Si son capaces de ir pagando con recursos propios «sin subir los impuestos a sus vecinos, no es una mala salida». «Lo malo es cuando los plazos de devolución son cortos y hay que apretar al ciudadano».
Texto: Diario de Burgos; 18/V/09
No hay comentarios:
Publicar un comentario